jueves, 8 de septiembre de 2011

Recuerdos

¿Has olido la soledad? Dicen que los animales tienen un sentido y que pueden oler el miedo. Yo he olido la soledad y con su aroma entró en mi alma el recuerdo. Un corredor largo y frío. Afuera, un día gris y un campo de football escarchado por el rocío de la mañana.

Y en mi alma la soledad y el recuerdo se mezclaron y la mezcla produjo la nostalgia. Salí a la azotea y el aire frío de una noche limpia acrecentaba el fuego tenue de la nostalgia.

Ahora pasa ante los ojos de mi recuerdo una silueta que poco a poco va cobrando nitidez. Una persona con quien irremediablemente me he encariñado. Yo me encariño con las circunstancias, y esta persona se coló en una serie de circunstancias y quedé como ya he dicho antes, irremediablemente encariñado.

La nostalgia se diluyó de nuevo en el recuerdo y un calor casi sensiblese fue expandiendo por mi cuerpo. De pronto me vi entre los brazos de quien estuve platonicamente enamorado.

Volví a oler la soledad y me quedó un sabor agridulce y el frío comenzó a hacerme temblar. Sonreí conmigo mismo. Una estrella me hizo un guiño y entré nuevamente en casa.

-¿Qué hacías en el techo?- me preguntaron
-Trataba de ver el atardecer- y sentí arder en mi una llamita del recuerdo.

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