domingo, 13 de enero de 2013

Sorpresas

Dicen que una de las cualidades primordiales del filósofo es la capacidad de asombro. Hoy experimenté ese asombro de una manera en que no lo había experimentado desde hace un tiempo.

Sucede que este inicio de año ha sido un poco ajetreado para mi. De un día para otro me quedé sin trabajo, y hace unos días me han dado una muy buena noticia: que seré profesor de filosofía en un instituto que además es muy querido para mi.

Bueno, la cosa es que no terminaría si comienzo a poner a quienes se han alegrado por esta buena noticia conmigo, cosa que me ha sorprendido muy gratamente. Me han llovido felicitaciones y buenos deseos.

A una persona sumamente querida por mi le dije que se me hacía raro que me felicitaran, pues además de no estar acostumbrado a ello, me decía que realmente no es que hubiera hecho yo gran qué, sino que gracias a Dios ya tenía trabajo.

El non plus ultra llegó hoy. Estábamos en un café "celebrando" que tenía ese trabajo. Al rededor había más mesas ocupadas y los meseros bastante activos. En un momento veo que aparece un mesero con unas copas con Champagne, me dio curiosidad por ver para quien serían, a la par que me imaginaba lo que pasaría a continuación: un anillo de compromiso, un brindis, en fin, que alguien iba a resultar sorprendido. Jamas pensé que el sorprendido sería yo. El mesero se acercó, dejó una de las copas enfrente mío y me dijo algo de felicidades y trabajo.De ahí que me quedara sin saber qué hacer por algunos minutos y después me pusiera a pensar mientras miraba mi copa un montón de cosas.

Me puse a pensar por ejemplo en los motivos que hay para celebrar, y me vino a la mente el momento cuando Cristo cuenta acerca de una viuda que había perdido una moneda y al encontrarla hace fiesta. Muchas veces pensaba yo al escuchar esas palabras que si acaso no habría gastado más en la fiesta de la moneda que encontró.

Pero bueno, me dio qué pensar. Brindar con champagne, además de ser algo muy especial, nunca imaginé que lo haría por haber recibido un trabajo. Y creo que ahí está lo grandioso. Ahí el motivo de la sorpresa. Después bromeábamos que si el mesero se imaginaría que me acababan de nombrar Director ejecutivo de alguna importante empresa o algo parecido, pero creo que que para las personas que aprecias de verdad, cualquier motivo, por pequeño que parezca, es algo grande.

Una vez un personaje de no tan feliz memoria dijo que la gratitud era una flor exótica en el jardín de la virtudes. Vayan estas líneas como gratitud para todos los amigos que se han alegrado conmigo. Tanto para lo que saben que la docencia es un sueño para mi, como para los que simplemente están contentos porque algo bueno me ha ocurrido. En especial para Ana, la amiga que fue la de la idea del Champagne. Y que sea un año de muchos frutos buenos para mi (creo que de eso se trata el brindar) y para todos mis amigos. Salud!

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